miércoles, 4 de noviembre de 2009

Había una vez una maestra...

Era la primera vez que dictaba una clase fuera de mi país. El tema era cuento fantástico latinoamericano, el objeto de estudio "El entierro" de Amparo Dávila.
De pronto todo fue tan fácil, los mozuelos tan simpáticos.
A las 8:38 pm, mientras sus compañeros salían, Olaia Martínez, alumna número 101142, se acercó y me dijo:
"Profesora, no quisimos decirle antes, pero se le han atorado las medias y se le ha levantado la falda"
Sonreí lo más elegante que pude, le di las gracias y esperé a que los pocos que quedaban en el aula salieran. Entonces reí silenciosa, sintiéndome tan divertida y absurda.

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