domingo, 30 de enero de 2011

La anarquía no es imposible


Terminamos la partida de ajedrez a la medianoche. En sueños me movía como la reina.
¿Cruz y raya?
Huevos es lo que nos falta a todos, he dicho muchas veces. Huevos para cambiar un "Dispárame, pero antes dime por qué" por el sonido que hace un televisor al apagarse.
No hemos de ver a nuestro país cambiar, no hemos de ver este barco alzarse. Eso sucederá en quinientos años más, cuando las migraciones hayan tranformado su rostro y una joven colmada de eros me busque ávida entre las páginas de un libro olvidado.
Cuando despierto, me pregunto ¿vale lo que cuesta la Revolución con la que sueño?

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