sábado, 1 de octubre de 2011

Huipil

Se quedó allá, con los brujos del agua,
mi huipil.
Era fino y transparente como papel para escribir.
Arte sacro,
entre los pulmones de la selva.
¿Eres de aquí?

Un hilo resbala en mi turbulencia.
Hermosa es tu tierra.
Tú eres hermosa.

Tiemblo,
cubierta de sudor al encontrarme en el Templo de las Águilas.
Mi aparato emocional convulso y un inusitado sentido de pertenencia.

No vas a volver.
Ahorita regreso, nomás termino, es en serio, sí vuelvo.

Se quedó viéndome,
con su tejido perfecto
y dos manchas de vejez.
Me gritó de lejos.
Al voltear, para jurarle,
supe que ya estaba esperando.

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