
Nos lo dijo desde el primer día, todo lo que aprenderíamos en el año saldría de su boca, no habría fotocopias ni cuestionarios, solo él, nosotros, lápiz y papel. Las notas tomadas en la libreta durante el curso escolar formaban parte de la evaluación.
Desde Cuitlahuac hasta la Doctrina Estrada, con mi maestro de Historia aprendí a escribir rápido y a amar a la patria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario