Los primeros capirotes me dejaron calladita, atenta y bien portada.
Viene la Semana Santa.
Veo a la Virgen, rodeada de velas, acercarse con paso oscilante y en compás marcial.
Me van a aplastar.
Las lágrimas de miedo son cofundidas por devoción.
Mientras, Devo repite incesante: "Whip it good".
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