Por la noche soñé que, rodeada de piedras sagradas, luchaba por el alivio de los que amo.
Hoy, por la tarde, encontré el mensaje en el número 16 del Tao de Lao Tse:
Vacía tu mente de todo pensamiento.
Que tu corazón esté en paz.
Observa la profusión de los seres,
mas contempla su retorno al origen.
Cuanto ser separado mora en el universo
retorna a la fuente común.
Retornar a la fuente es serenidad.
Si no conoces la fuente,
tropiezas con la confusión y la pena.
Cuando conoces de dónde provienes,
de modo natural te vuelves tolerante,
desinteresado, divertido,
de corazón cálido como una abuela,
digno como un rey.
Inmerso en la maravilla del Tao
puedes afrontar cuanto la vida te brinda;
y cuando la muerte llega, estás dispuesto.
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